Lo que parecía el ocaso de una carrera terminó siendo una resurrección inesperada. Yipsi Moreno, legendaria lanzadora de martillo cubana, ha vuelto a la élite deportiva internacional. Pero lo ha hecho lejos de la isla, bajo bandera albanesa, en una metamorfosis que va mucho más allá del deporte: es el relato de una ruptura institucional, una reinvención personal y una reflexión sobre el futuro de los atletas cubanos. La historia se remonta a agosto de 2022, cuando Moreno —campeona olímpica, triple medallista mundial, comisionada nacional de atletismo y exdiputada— se enteró por la Televisión Cubana de que había sido sustituida en su cargo. Su liberación había sido solicitada previamente, pero nunca respondida. Su despido no fue notificado por los canales institucionales, sino transmitido al público sin previo aviso. En una entrevista concedida poco después, Moreno intentó limpiar su nombre de las acusaciones de “déspota y grosera” que circulaban entre algunos atletas y federativos. También se desmarcó del éxodo de figuras del deporte cubano, alegando que los problemas de fondo trascendían su gestión y eran parte de una crisis estructural generalizada. Dolida y desgastada, se alejó del entorno deportivo cubano, como tantos otros campeones antes que ella. Lo que nadie anticipaba era que no solo buscaría refugio personal en Europa, sino que retomaría su carrera atlética. Con residencia en Albania junto a su esposo y su hijo, comenzó a entrenar nuevamente. A finales de 2024, juraba ciudadanía albanesa en un acto oficial celebrado en Tirana. Renacer competitivo en tierra nueva Desde entonces, la ex “Furia de Agramonte” ha escalado posiciones en el ranking europeo, convirtiéndose en la nueva figura del lanzamiento del martillo en Albania. En abril pasado, registró una marca de 66.59 metros en una competencia en Portugal, superando por amplio margen el anterior récord nacional albanés (59.26 m). En mayo, alcanzó los 64.38 metros en el Grand Prix de Dubái, compitiendo junto a reconocidas atletas europeas como la rumana Bianca Ghelber. A sus casi 45 años, Yipsi Moreno tiene hoy mejores resultados que muchas atletas en activo nacidas en Cuba, y se perfila como candidata a representar a Albania en competiciones continentales, e incluso en los Juegos Olímpicos de París 2028, si mantiene el rendimiento actual. Su regreso, inesperado y contundente, lanza un mensaje directo a quienes la subestimaron o intentaron relegarla al olvido. Reflexión sobre el abandono y el éxodo La trayectoria de Moreno plantea preguntas incómodas: ¿cómo es posible que una atleta de su calibre, ex funcionaria del sistema deportivo cubano, decida reconstruir su vida fuera del país? ¿Qué condiciones deben acumularse para que una gloria olímpica cambie de ciudadanía y busque validación en otros escenarios? Hoy, la historia de Yipsi es también la historia de decenas de atletas cubanos que, tras dedicar sus mejores años a representar a Cuba, terminan marginados o empobrecidos, vendiendo medallas por necesidad o luchando por una segunda oportunidad. Algunos optan por la docencia; otros desaparecen en el anonimato. Y unos pocos, como ella, resurgen con fuerza. Lejos de la burocracia y las limitaciones materiales, Yipsi Moreno ha encontrado espacio para brillar nuevamente, desafiando edad, etiquetas y fronteras. Su mensaje de hace tres años resuena con más fuerza que nunca: “Quien piense que me enterró en vida…, ¡se equivocó!” Y ahora, bajo otra bandera, lo está demostrando. #YipsiMoreno #AtletismoCubano #Albania #ÉxodoDeportistas #FuriaDeAgramonte #CrisisDelDeporteCubano #Reinvención